La Unesco reconoce el fado, la canción popular portuguesa, como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, como anteriormente hizo con el tango y luego con el flamenco.

El fado, expresión inefable del sentimiento del pueblo portugués. El fado ocupa un lugar central en la identidad de Portugal, donde sus compositores, cantantes y músicos llevan más de dos siglos haciendo canción con la honda melancolía lusa.

La canción portuguesa goza hoy de un apogeo sin parangón. Nació en tabernas de vino y tabaco negro, pero ahora llena museos y academias de Portugal. Con tres estilos básicos (menor, corrido y mouraria), el repertorio tradicional incluye de 150 a 300 canciones.

Amalia Rodrigues (Lisboa, 1920-1999) fue la más importante cantante de fados de Portugal del siglo XX. Conocida como "La Reina del Fado", es la figura más conocida e influyente fuera de Portugal, gracias a sus actuaciones, que incluyen TV y películas. De Lisboa a la gloria, con actuaciones en Europa, África y América Latina. Grabó tres decenas de discos, algunos de importancia clave para la consolidación del género como "Busto", publicado en 1962.

En palabras de Camané, el fadista contemporáneo más apreciado:

"Detrás del fado, late la historia de un pueblo, la historia centenaria de músicos, escritores y poetas".

"El fado es la música de nuestro pueblo, independientemente de la ideología o el nivel económico y la clase social de cada persona. Fado es lo que nos une".

En palabras del escritor Joao de Melo:

"El fado es lírico y épico, nostálgico y marítimo, como siempre es el paso del tiempo aquí en Portugal; es una canción dolorosa y lenta como corresponde a los distintos estados del alma".

"El fado es todo lo que contiene la palabra saudade, una descripción inefable de la vida, del día y de la noche. Quizá una de las grandes cualidades de nuestra música portuguesa, y diría que de toda la cultura nacional, es su innata capacidad lírica para retratar al prójimo. En el fado reinan los cuentos del vencido por encima de los cuentos del vencedor. Y en el fado hay historia, espíritu y naturaleza: es la genuina expresión sentimental de todo un pueblo que siempre lo pasó mal".