R. B. Kitaj. La nueva figuración europea. La Escuela de Londres

Búsqueda personalizada

Ronald Brooks Kitaj (1932 - 2007)

Nacido en Cleveland, Ohio, el año 1932, pero residente en Europa desde comienzos de los años cincuenta, el artista R. B. Kitaj ha constituido una referencia imprescindible para entender la nueva figuración europea a partir de los sesenta y, en especial, el interesante y peculiar núcleo británico de esta misma tendencia, luego reductoramente englobada como simple "pop".

En su trayectoria vital y artística R. B. Kitaj eligió para madurar su formación Europa; primero Viena y después Londres, en cuyo Royal College of Art conoce a David Hockney entre otros estudiantes, la mayoría más jóvenes que él.

Por otra parte, R. B. Kitaj se convirtió en un mito para determinada generación de artistas españoles a partir de la década de los setenta. Sobre todo su influencia se produce en la llamada figuración madrileña de aquella época, pero también en otros peculiares contactos.

B. Kitaj tiene una cultura artística mestiza y su obra se caracteriza por una formidable
tensión entre el gestualismo del expresionismo abstracto y la precisión clasicista.

R. B. Kitaj es considerado miembro de la Escuela de Londres y ha aparecido como tal en numerosas exhibiciones y publicaciones. De hecho, su trabajo tiene muchos aspectos en común con el de Francis Bacon, a quien frecuenta desde 1962, en la expresión deformada de sus personajes, que en Bacon llega a lo monstruoso.

Importantes muestras de R. B. Kitaj han sido exhibidas en Gran Bretaña, incluyendo una titulada "The Human Clay" (La arcilla humana) en la National Gallery, en 1976. En 1995, se montó en el Metropolitan Museum of Art de Nueva York una gigantesca retrospectiva de su obra, con mas de cien dibujos, acuarelas, óleos y collages recientes. La mayor parte de las piezas exhibida tenían un contenido de denuncia.

En muchos casos, sus óleos se basan en citas a cuadros de famosos pintores del pasado, como en "Dreyfus (after Melies)" en la que manifiesta su ira por la injusta condena a Alfred Dreyfus y su relegación en la Isla del Diablo.

Por otra parte, R. B. Kitaj ha hecho de su ancestro judío el centro de su obra pictórica. Solía decir "lamento no haber hablado nunca con mis abuelos sobre su vida en el Shtetl, en Rusia".