Jacques
Henri Lartigue (1894 - 1986)
fue un fotógrafo
y pintor francés.
Nació en Courbevoie
en el seno de una familia de
industriales adinerada, que se trasladó
a vivir a París en 1899. Su
padre que tenía afición
por la fotografía
y cuando Lartigue
tenía siete años le
regaló una cámara fotográfica
de placas de formato 13x18 cm. Con
ella destacó por sus
fotos espóntaneas de
las carreras
de automóviles, aviones
y fotografías
de las mujeres
de clase media y acomodada
de París
paseando por el Bois de Boulogne.
Desde pequeño,
Lartigue empezó
a llevar un
diario con fotografías
y breves textos que le acompañaría
durante toda la vida y que constituye
un documento extraordinario para conocer
la forma de vivir de una generación
que descubrió la moda, el deporte
y las competiciones de motor. Sus
imágenes reflejan la rápida
transformación de las
costumbres,
el estallido de
novedades, la vibración
de las cosas
y, al mismo tiempo, la búsqueda
de los
pequeños detalles, del
instante perdurable y atemporal.
Lartigue
creó imágenes novedosas
mediante el empleo de encuadres
poco usuales, de diversas velocidades
de obturación y trabajando
casi siempre en blanco
y negro y sólo algunas
veces empleando el
color.
Lartigue es
uno de los referentes visuales del
siglo XX. Hasta el año 1963,
en que el MOMA
presentó su primera exposición
antológica,
Lartigue era un fotógrafo
casi desconocido. Sin embargo, la
extraordinaria fuerza de sugestión
de sus imágenes
explica que su prestigio no
haya parado de crecer desde aquel
momento y se encuentre ahora en muestras
de todo el mundo.
"Ser
fotógrafo es atrapar el propio
asombro". Durante
toda su vida, Jacques
Henri Lartigue fue fiel a
esta inquietud. Desde su más
tierna infancia fotografió
todo aquello que le conmovía,
que le hacía feliz, que le
parecía bello y que le servía
para luchar contra el paso
del tiempo y el olvido.
Algunos de los temas
que resultaron una constante
durante toda su carrera fueron:
- La fotografía
como instrumento de la memoria,
una herramienta para capturar la
fragilidad de la
existencia y la
brevedad de la felicidad.
- También refleja su particular
visión de las
mujeres y de un mundo
que cambiaba
velozmente.
Lartigue
capturó la vida a su alrededor,
la exaltación de la felicidad
y la alegría de vivir y lo
hizo con unas
ideas estéticas que
proponían la renovación
del lenguaje
fotográfico. |